domingo, 27 de noviembre de 2011

Tiempo

Me faltan las palabras exactas para expresar la cantidad de cosas que me invaden la cabeza. Las ideas se enlazan unas con las otras,  se mezclan y reproducen, por eso no puedo mantener el equilibrio. ¿Volvimos a eso? ¿A rogarle a Dios no caerme mientras corro en una cuerda floja?
No puedo parar de pensar. ¿Es esto lo que parece ser? ¿Va a ser de verdad lo que quiero y lo que todo el mundo me dice?
No puedo evitar quedarme con palabras que prometen y miradas que mueven a los espíritus animales del alma.
Es tan dificil alejarse de algo que corre a la par tuya. Es como tratar de escapar de tu propia sombra, como querer olvidarse de un recuerdo que te persigue o como querer obrar en contra de un sentimiento. No puedo alejarme de algo tan feliz como vos y tu sonrisa.
No sé si tengo que estar feliz o no en este momento. Sigo sorprendida por ciertas cosas que por miedo a ilusionarme, descarté, sólo para que de un minuto para el otro, renazcan y queden fijas en mi memoria. Y cada vez que me acuerdo, sonrío de una manera que creo que nunca sonreí antes. 
Por otra parte.. sigo siendo la misma pesimista de antes y tengo tanto miedo que los impedimentos que nos separan son barreras, muros, kilómetros, años y todo lo que podría destruir mi felicidad.
No queda otra que esperar. No queda otra que seguir haciendo lo que hice todo el año. No queda otra que continuar esperando, y esperando, y esperando...
Prometo por lo que quieras, que si me das permiso, no te suelto nunca más la mano.

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