viernes, 13 de enero de 2012

Ojalá se me empiece a quebrar la piel en la espalda, 
ojalá que los poros de la piel comiencen a abrirse.
Ojalá se me separen los brazos y se me ensanchen los omóplatos.

Ojalá que se me hagan los agujeros del tamaño un puño en cada hombro, 
y que de adentro empiecen a salir pequeñas alas.
Que me cueste un poco al principio, pero que poco a poco, mientras salto tratando de acercarme al Sol,
Empiecen a batir y me aleje del piso.

Ojalá se me salga toda la ropa y se me caigan las cadenas.
Ojalá que mientras me despido, se quede todo lo que no quiero ser, 
como un espíritu, como Clara Clarividente Clarísima, haciendo compañía a quienes lo necesiten.
Ojalá que mientras miro desde arriba, mis miedos me saluden abajo.


Volá, Florencia, volá!

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