jueves, 9 de febrero de 2012

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Me golpeo la cabeza, me tiro de los pelos, me muerdo los labios, grito y lloro y me río histéricamente porque quiero dejar de pensar quiero dejar de pensar basta de pensaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar!!!!
Mi cabeza está cultivando ideas que mueren cuando duermo, y durante el día germinan de nuevo. Estoy dando vuelta en círculos, mi cabeza necesita un descanso cada una hora porque no da más, está exhausta; mi cuerpo tiene arranques de sueño y energía, porque no puede controlar la agitación, los nervios y la ansiedad de querer que el tiempo pase más rápido de lo que debería.
El estado zen que tuve el 2011 se me fue a la reberenda mierda, mi cuerpo y mente se divorciaron y cada uno va a ritmos diferentes, uno corre, grita y salta al compás de canciones de blues, mientras el otro está hace diez días en una esquina inmóvil pensando. Sólo pensando, y pobre no da más. Está dividida entre la esperanza y el miedo, el ilusionarse o pegarse un tiro ahí mismo. 
Y yo, Satine, escribo, para aliviar a los dos, mente y cuerpo. 

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